jueves, 2 de octubre de 2008

ALPASO BELLAVISTA






Las formas de atribuirse una ciudad pasan por la condición INSITU de nuestra experiencia sobre ella. La historia, lo social y sus especializaciones van construyendo desde este conocimiento una serie de modelos morfológicos y estructurales que aparecen a modo de huella sobre nuestro hacer y ser a su vez.
Así, los procesos de una ciudad se delimitan a partir de nuestra gestión y de alguna manera desde nuestra mirada que se extrapola sobre cualidades intangibles, un construir de una geografía intima, imágenes latentes el acontecer diario que devela nuestro espacio.
La huella que pertenece al espacio, desnuda de tratados y expuesta sobre el medio, atraviesa desde las emergencias de lo cotidiano que se arman sobre sus organizaciones sociales o desde las diferencias de lo individual, producción sobre el territorio a modo de proceso y no de termino a modo de producto.
De esta manera, se entiende lo complejo de instalarse sobre un contexto, comprendiendo que es parte de ese proceso comienza a formar, a seleccionar y a generar una serie de actividades que den vida ala “ESPACIO”.

De aquí nace la iniciativa de lograr incorporar un espacio abierto que contraponga lo existente, ocupar y medir, vivir y sentir el porvenir del Puerto en vida propia aprovechando los espacios y creando de esto un medio que aporte a la localidad.



Fragmento AlPASO BELLAVISTA.

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